Salud cardiovascular en menopausia

Salud cardiovascular en la menopausia: lo que debes saber

Cuando llega la menopausia, muchas mujeres piensan en sofocos, cambios de humor o alteraciones del sueño. Lo que a menudo pasa desapercibido es que, a partir de este momento, el riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta de manera importante.

Infartos, ictus e hipertensión arterial son más frecuentes tras el cese de la menstruación. De hecho, después de los 50 años, las enfermedades del corazón superan al cáncer como primera causa de mortalidad en mujeres.

Entender por qué sucede, cómo reconocer los factores de riesgo y qué medidas tomar es esencial para cuidar la salud en esta nueva etapa.

¿Por qué aumenta el riesgo cardiovascular en la menopausia?

La clave está en los estrógenos. Durante la edad fértil, estas hormonas ofrecen un efecto protector frente a la arteriosclerosis y la enfermedad cardiovascular. Con la llegada de la menopausia, los niveles de estrógenos caen de forma brusca y se producen varios cambios:

  • Alteraciones en el perfil lipídico: aumenta el colesterol LDL (“malo”) y disminuye el HDL (“bueno”).
  • Incremento de la grasa abdominal: más riesgo de resistencia a la insulina, hipertensión y diabetes.
  • Pérdida de elasticidad arterial: mayor rigidez de los vasos sanguíneos y predisposición a la hipertensión.
  • Inflamación y estrés oxidativo: se favorece el daño en la pared arterial.

En conjunto, estos cambios hacen que el riesgo cardiovascular de la mujer aumente de forma notable tras la menopausia.

Factores de riesgo cardiovascular en la mujer menopáusica

No todas las mujeres tienen el mismo riesgo. Hay factores que lo multiplican:

  • Hipertensión arterial: más prevalente a partir de los 50 años.
  • Dislipemia: colesterol elevado y triglicéridos altos.
  • Diabetes mellitus tipo 2: más frecuente con la edad y el sobrepeso.
  • Obesidad abdominal: el perímetro de cintura se convierte en un indicador clave.
  • Sedentarismo: disminuye el gasto energético y empeora el metabolismo.
  • Tabaquismo: multiplica por 5 el riesgo de infarto en mujeres jóvenes y duplica el riesgo en mayores de 50.
  • Antecedentes familiares: infartos o ictus precoces en padres o hermanos.
  • Estrés crónico: con impacto sobre presión arterial y metabolismo.

Síntomas cardiovasculares en la mujer: distintos a los del hombre

Un problema añadido es que los síntomas de enfermedad cardiovascular en la mujer pueden ser diferentes. Muchas veces son más sutiles, lo que retrasa el diagnóstico.

  • En lugar del típico dolor opresivo en el pecho, las mujeres pueden presentar:
    • Cansancio extremo
    • Falta de aire
    • Dolor en mandíbula, cuello o espalda
    • Náuseas o mareos

Este patrón atípico explica que los infartos en mujeres se diagnostiquen más tarde y tengan peor pronóstico.

 

Estrategias de prevención en la menopausia

La buena noticia es que gran parte del riesgo se puede reducir con hábitos saludables y revisiones médicas periódicas.

  1. Alimentación cardiosaludable

  • Dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva.
  • Reducir grasas saturadas y ultraprocesados.
  • Controlar la sal para prevenir hipertensión.
  1. Ejercicio físico regular

  • Al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada (caminar rápido, nadar, bicicleta).
  • Ejercicios de fuerza 2 veces por semana para mejorar metabolismo y masa muscular.
  1. Control del peso y la cintura abdominal

  • El perímetro abdominal no debe superar los 88 cm en mujeres.
  • Mantener un peso saludable reduce riesgo de diabetes e hipertensión.
  1. Evitar tabaco y alcohol en exceso

  • El tabaco elimina la protección natural de los estrógenos.
  • El consumo moderado de alcohol no compensa los riesgos cardiovasculares.
  1. Revisiones periódicas

  • Tensión arterial, colesterol, glucosa y peso deben revisarse al menos una vez al año.
  • Consulta con tu ginecólogo o médico de familia para un control integral.

El papel de la terapia hormonal sustitutiva (THS)

La terapia hormonal sustitutiva se ha estudiado ampliamente en relación con la salud cardiovascular.

  • Los estrógenos ejercen un efecto positivo sobre el colesterol y la elasticidad arterial.
  • Iniciar THS en mujeres jóvenes y en los primeros años de menopausia puede tener un efecto protector cardiovascular.
  • No se recomienda como tratamiento exclusivo para prevenir infartos o ictus, pero puede ser beneficiosa en mujeres seleccionadas con síntomas intensos y sin contraindicaciones.

La decisión debe individualizarse, valorando riesgo-beneficio en cada paciente.

Otros tratamientos y recursos médicos

  • Hipertensión: puede requerir fármacos antihipertensivos si no se controla con dieta y ejercicio.
  • Colesterol elevado: estatinas u otros medicamentos según el perfil de riesgo.
  • Diabetes: manejo con dieta, ejercicio y fármacos específicos.
  • Fármacos innovadores: algunos tratamientos para obesidad y resistencia a la insulina (como agonistas GLP-1) también contribuyen a la protección cardiovascular.

 

Salud emocional y corazón

No debe olvidarse que la menopausia también implica cambios emocionales: insomnio, ansiedad, irritabilidad. El estrés crónico afecta al sistema cardiovascular y puede agravar hipertensión o arritmias.

Estrategias como mindfulness, yoga, terapia psicológica o grupos de apoyo pueden ayudar a mejorar el bienestar integral y, con ello, la salud cardiovascular.

 

Preguntas frecuentes de nuestras pacientes sobre este tema

 

¿Es normal que me haya subido la tensión después de la menopausia?
Sí, es un fenómeno habitual. La falta de estrógenos y el aumento de rigidez arterial favorecen la hipertensión.

¿La terapia hormonal me protege frente a infartos?
En algunas mujeres jóvenes y recién menopáusicas, puede aportar beneficios cardiovasculares. Pero no se prescribe solo para ese fin: debe valorarse individualmente.

¿Si tengo colesterol alto debo dejar la terapia hormonal?
No necesariamente. Depende del tipo de colesterol, de otros factores de riesgo y del seguimiento médico.

¿El ejercicio sirve aunque lo empiece tarde?
Sí. Nunca es tarde para empezar a moverse. El ejercicio regular mejora tensión, glucosa, colesterol y ánimo en cualquier etapa de la vida.

 

 

La menopausia marca un antes y un después en la salud cardiovascular de la mujer. La pérdida de la protección estrogénica aumenta el riesgo de hipertensión, colesterol alto, diabetes y, en consecuencia, de infartos e ictus.

La buena noticia es que la prevención funciona: alimentación adecuada, ejercicio, control del peso, abandono del tabaco y revisiones periódicas reducen de forma significativa el riesgo.

La consulta ginecológica es el lugar ideal para integrar la salud cardiovascular dentro del cuidado global de la mujer en la menopausia.

Nuestra filosofía es realizar una medicina personalizada centrada en cada paciente, en estos casos, realizamos una valoración individual y un plan global adaptado a tus necesidades.

 

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