Terapia Hormonal en la Menopausia. Guía práctica.

 Terapia Hormonal en la Menopausia. Guía práctica.

 

  1. Introducción

La menopausia es una etapa natural en la vida de la mujer. Marca el final de la función ovárica y la desaparición de la menstruación. Suele ocurrir entre los 45 y 55 años, con una media en torno a los 51.

Aunque no es una enfermedad, puede generar síntomas que afectan de forma importante a la calidad de vida: sofocos, insomnio, sequedad vaginal, cambios de humor o pérdida de masa ósea. Estos síntomas se deben al descenso de estrógenos y progesterona.

Ante esta situación, la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) se plantea como una opción eficaz para aliviar molestias y prevenir complicaciones. Es un tema que despierta dudas, miedos y mitos. El objetivo de esta guía es ofrecer información clara y actualizada para que cada mujer pueda decidir junto a su ginecólogo si la THS es la mejor opción.

  1. ¿Qué es la Terapia Hormonal Sustitutiva?

La THS consiste en administrar hormonas sexuales femeninas para compensar la disminución que se produce en la menopausia.

  • Estrógenos: fundamentales para controlar los sofocos, mantener la salud vaginal y proteger el hueso.
  • Progestágenos: se añaden si la mujer conserva el útero, para proteger el endometrio y evitar hiperplasia o cáncer.
  • Tibolona: fármaco sintético con acción estrogénica, progestagénica y androgénica leve.

Formas de administración

  • Oral: comprimidos.
  • Transdérmica: parches y geles aplicados en la piel.
  • Vaginal: óvulos, cremas o anillos para síntomas locales.
  • Implantes subcutáneos: menos usados, liberan hormonas de forma continua.

Cada vía tiene ventajas y limitaciones. La elección depende de síntomas, riesgos y preferencias de la paciente.

 

  1. Beneficios de la THS: qué dice la ciencia

La terapia hormonal sustitutiva es el tratamiento más eficaz para aliviar los síntomas de la menopausia relacionados con la caída de estrógenos. Sus beneficios han sido evaluados en múltiples ensayos clínicos y revisiones sistemáticas. La clave es seleccionar a la paciente adecuada y ajustar dosis y vía de administración.

3.1 Control de sofocos y sudores nocturnos

Los sofocos afectan a entre el 60 y el 80% de las mujeres en la menopausia. Pueden durar de 1 a 10 años y deteriorar el sueño, el ánimo y la vida laboral.

  • La THS reduce su frecuencia e intensidad en un 70-90% de los casos (North American Menopause Society, NAMS 2023).
  • Ningún otro tratamiento farmacológico alcanza esa eficacia.
  • En el Women’s Health Initiative (WHI), las mujeres con sofocos intensos fueron las que más mejoraron en calidad de vida con la terapia hormonal.

3.2 Sueño y descanso

El insomnio en la menopausia suele ser secundario a los sofocos nocturnos. Al reducirlos, la THS mejora la calidad y continuidad del sueño.

  • Estudios de la Mayo Clinic (Shaver et al., Menopause 2021) muestran que las mujeres tratadas con estrógenos reportan menos despertares y mayor tiempo total de sueño.
  • Esto se traduce en más energía diurna y reducción de fatiga crónica.

3.3 Salud vaginal y urinaria

El síndrome genitourinario de la menopausia (SGM) incluye sequedad vaginal, dispareunia (dolor en relaciones), prurito, y tendencia a infecciones urinarias.

  • La terapia estrogénica local (óvulos, cremas o anillos) restaura el epitelio vaginal, mejora la lubricación y disminuye el riesgo de cistitis recurrente (North American Menopause Society, 2020).
  • La vía local es segura incluso en mujeres que no desean terapia sistémica.
  • El uso regular mejora también la función sexual y la autoestima.

3.4 Estado de ánimo, memoria y bienestar cognitivo

Aunque no es un antidepresivo, algunas mujeres experimentan una mejoría del ánimo y la capacidad de concentración.

  • Un metaanálisis (Gordon JL, JAMA Psychiatry 2018) mostró que la THS en mujeres en perimenopausia redujo síntomas depresivos en comparación con placebo.
  • La hipótesis es que los estrógenos modulan neurotransmisores como serotonina y dopamina, influyendo en el ánimo.

3.5 Protección ósea y prevención de osteoporosis

El déficit de estrógenos acelera la pérdida de masa ósea, con un riesgo aumentado de fracturas.

  • La THS mantiene la densidad mineral ósea y reduce la incidencia de fracturas vertebrales y de cadera (Kanis JA et al., Osteoporosis Int. 2019).
  • Según la European Menopause and Andropause Society (EMAS 2022), es la primera línea para la prevención de osteoporosis en mujeres jóvenes posmenopáusicas con factores de riesgo, cuando no existen contraindicaciones.
  • El efecto protector desaparece al suspender la terapia, por lo que es importante individualizar la duración del tratamiento.

3.6 Calidad de vida global

La combinación de alivio de sofocos, mejor sueño, mejor lubricación vaginal y protección ósea repercute en la percepción de salud global.

  • En estudios de calidad de vida (Greendale GA, Menopause 2019), las mujeres con THS reportaron mayor vitalidad, mejor función sexual y menos limitaciones en su vida diaria.

Cuadro comparativo de beneficios (resumido con evidencia)

Beneficio principal Evidencia científica Nivel de eficacia
Sofocos y sudores nocturnos NAMS 2023, WHI, múltiples RCTs Muy alta
Sueño y descanso Mayo Clinic 2021, Shaver et al. Alta
Salud vaginal y urinaria NAMS 2020, ensayos locales Muy alta
Estado de ánimo y cognición JAMA Psychiatry 2018 Moderada
Osteoporosis y fracturas EMAS 2022, Kanis 2019 Alta
Calidad de vida global Greendale 2019, WHI Alta

En resumen:
La terapia hormonal es el único tratamiento capaz de mejorar de forma integral los síntomas vasomotores, el sueño, la salud vaginal y la densidad ósea. Ningún otro abordaje farmacológico o natural consigue un beneficio tan completo.

 

  1. Riesgos y efectos adversos: qué sabemos hoy

La seguridad de la terapia hormonal sustitutiva ha sido objeto de debate desde que en 2002 se publicaron los resultados del Women’s Health Initiative (WHI). Ese estudio, uno de los más grandes en mujeres posmenopáusicas, generó alarma al asociar la THS con un mayor riesgo de cáncer de mama y eventos cardiovasculares.

Con los años, nuevas investigaciones han demostrado que los riesgos dependen de varios factores: la edad al inicio del tratamiento, el tiempo desde la menopausia, el tipo de hormona usada y la vía de administración. Hoy se sabe que, en mujeres seleccionadas, los beneficios superan a los riesgos.

4.1 Cáncer de mama

  • El riesgo está relacionado sobre todo con el uso de estrógeno combinado con progestágeno durante más de 5 años.
  • En el WHI, este esquema aumentó el riesgo relativo de cáncer de mama en torno a un 24% tras 5 años de uso (Chlebowski RT, JAMA 2010).
  • Con estrógenos solos (en mujeres histerectomizadas), no se observó incremento significativo; incluso hubo una ligera reducción del riesgo en algunos análisis (Anderson GL, Lancet Oncol. 2012).
  • El riesgo disminuye tras suspender la terapia y es menor cuando se utilizan progestágenos micronizados o vía transdérmica (EMAS 2022).

4.2 Tromboembolismo venoso (TEV)

  • La administración de estrógenos por vía oral aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar.
  • El riesgo es mayor en mujeres con factores predisponentes: obesidad, historia familiar, trombofilias.
  • Según una revisión en BMJ (Canonico M, 2008), los estrógenos transdérmicos no se asociaron con aumento significativo de trombosis, lo que los convierte en una opción más segura en mujeres de riesgo intermedio.

4.3 Riesgo cardiovascular (infarto de miocardio y accidente cerebrovascular)

  • Iniciar la THS en mujeres mayores de 60 años o más de 10 años tras la menopausia se asocia a un ligero incremento de riesgo de ictus e infarto (Manson JE, JAMA 2013).
  • En cambio, si se inicia en mujeres menores de 60 años y sin enfermedad cardiovascular, no se ha demostrado un aumento significativo; incluso podría tener un efecto protector sobre las arterias (Hodis HN, N Engl J Med 2016).
  • La vía transdérmica, de nuevo, parece más neutra en riesgo cardiovascular que la oral.

4.4 Otros posibles efectos secundarios

  • Sangrado vaginal irregular: frecuente en los primeros meses, suele resolverse con ajustes de dosis.
  • Mastalgia (dolor o tensión mamaria): mejora al cambiar el tipo de progestágeno o la dosis.
  • Retención de líquidos e hinchazón: más frecuente con altas dosis orales.
  • Cefaleas o cambios de humor: algunas mujeres lo reportan, aunque no siempre se confirma relación directa.

4.5 Factores que modifican el riesgo

El balance riesgo-beneficio depende de:

  • Edad: iniciar antes de los 60 años es más seguro.
  • Momento de inicio: mejor dentro de los 10 años desde la menopausia (“ventana de oportunidad”).
  • Tipo de hormona: progestágenos micronizados y estrógenos transdérmicos reducen riesgos.
  • Dosis: siempre se recomienda la dosis mínima eficaz.

Cuadro resumen de riesgos de la THS (según evidencia)

Riesgo Mayor con… Menor con… Referencias
Cáncer de mama Estrógeno + progestágeno >5 años Estrógenos solos; progestágenos micronizados WHI 2010, Lancet Oncol 2012, EMAS 2022
Tromboembolismo venoso Vía oral, obesidad, trombofilias Vía transdérmica Canonico BMJ 2008
Ictus e infarto >60 años o >10 años postmenopausia Inicio precoz (<60 años) Manson JAMA 2013, Hodis NEJM 2016
Sangrado, mastalgia, retención Dosis altas, vía oral Ajuste de dosis o cambio de vía NAMS 2023

En resumen

  • La THS no es inocua, pero tampoco es tan peligrosa como se pensó en 2002.
  • En mujeres jóvenes, sintomáticas y sin contraindicaciones, los riesgos son bajos y asumibles.
  • La selección de la vía, la dosis y el momento de inicio son fundamentales para maximizar seguridad.

 

  1. ¿Cuándo está indicada y cuándo no la THS?

La indicación de la terapia hormonal no es universal. No todas las mujeres la necesitan, ni todas son candidatas seguras. La decisión debe basarse en una valoración individual que tenga en cuenta los síntomas, la edad, los antecedentes médicos y las expectativas de la paciente.

5.1 Indicaciones claras de la THS

  1. Síntomas vasomotores intensos
    • Sofocos y sudores nocturnos que alteran el sueño, la concentración o la calidad de vida.
    • La THS es el tratamiento más eficaz según la North American Menopause Society (NAMS 2023) y la European Menopause and Andropause Society (EMAS 2022).
  2. Síndrome genitourinario de la menopausia (SGM)
    • Sequedad vaginal, dispareunia, infecciones urinarias recurrentes.
    • En estos casos, se recomienda sobre todo estrógeno local (óvulos, cremas, anillos), incluso en mujeres que no requieren terapia sistémica.
  3. Prevención de osteoporosis
    • En mujeres con menopausia precoz o riesgo elevado de fracturas, cuando no toleran o no responden a otros tratamientos (bisfosfonatos, denosumab).
    • La EMAS 2022 considera la THS tratamiento de primera línea para mujeres jóvenes posmenopáusicas con riesgo óseo.
  4. Menopausia precoz e insuficiencia ovárica primaria (<40 años)
    • En estas mujeres, la falta de estrógenos aumenta el riesgo de osteoporosis, enfermedad cardiovascular y deterioro cognitivo.
    • Se recomienda terapia sustitutiva hasta la edad natural de la menopausia (50-51 años) salvo contraindicación (European Society of Human Reproduction and Embryology, ESHRE Guidelines 2016).

5.2 Contraindicaciones absolutas

La THS está contraindicada en mujeres con:

  • Cáncer de mama actual o antecedentes personales.
  • Cáncer de endometrio no tratado.
  • Tromboembolismo venoso activo o antecedente de trombosis idiopática.
  • Accidente cerebrovascular o infarto de miocardio recientes.
  • Enfermedad hepática grave.
  • Sangrado vaginal no diagnosticado.

Estas contraindicaciones están recogidas en las guías de NAMS (2023), SEGO (2022) y FDA.

5.3 Contraindicaciones relativas o situaciones que requieren precaución

En estos casos puede valorarse la THS, pero con vigilancia estrecha:

  • Historia familiar de cáncer de mama.
  • Migrañas con aura.
  • Hipertensión arterial no controlada.
  • Riesgo cardiovascular intermedio.
  • Miomas o endometriosis (requiere seguimiento más estrecho).

5.4 El concepto de “ventana de oportunidad”

La evidencia muestra que el momento de inicio es clave:

  • Comenzar la THS antes de los 60 años o dentro de los 10 años desde la menopausia maximiza beneficios y minimiza riesgos (Manson JE, JAMA 2013; Hodis HN, NEJM 2016).
  • Iniciarla más tarde se asocia a un riesgo mayor de enfermedad cardiovascular y trombosis.

5.5 Tabla práctica

Situación clínica ¿THS recomendada? Comentario
Sofocos intensos, mujer sana <60 años Primera línea
Menopausia precoz (<40 años) Sí (hasta 50-51 años) Sustituye déficit hormonal
Síndrome genitourinario de la menopausia Sí (preferible vía local) Muy eficaz
Prevención de osteoporosis en alto riesgo Sí, si no hay contraindicaciones Alternativa a otros fármacos
Antecedente cáncer de mama No Contraindicación absoluta
Tromboembolismo venoso previo No Contraindicación absoluta
Mujer >60 años asintomática No iniciar Riesgo > beneficio

5.6 La importancia del balance beneficio-riesgo

Las principales sociedades médicas coinciden en un principio clave:

  • La THS no debe usarse de manera indiscriminada.
  • Es apropiada cuando los síntomas impactan la calidad de vida y no hay contraindicaciones.
  • Debe revisarse anualmente para valorar si mantenerla, reducir dosis o suspenderla.

  1. Alternativas a la THS

No todas las mujeres son candidatas a la terapia hormonal. Otras la rechazan por preferencia personal o por temor a los riesgos. En estos casos existen alternativas no hormonales que, aunque no alcanzan la misma eficacia que la THS, pueden ser útiles según los síntomas predominantes.

6.1 Tratamientos farmacológicos no hormonales

  1. Antidepresivos (ISRS e IRSN)
    • Fármacos como la venlafaxina, la paroxetina o la escitalopram han mostrado eficacia moderada en la reducción de sofocos.
    • Estudios (Freeman EW, JAMA 2014) confirman una disminución del 40-60% en la frecuencia de sofocos frente a placebo.
    • Se recomiendan en mujeres con síntomas vasomotores y que además presentan ansiedad o depresión.
  2. Gabapentina y pregabalina
    • Útiles sobre todo para sofocos nocturnos y mejorar el sueño.
    • Ensayos (Guttuso T, Lancet 2003) muestran reducción de sofocos en un 45-60%.
    • Efectos secundarios: somnolencia, mareo.
  3. Clonidina
    • Antihipertensivo con eficacia limitada en sofocos.
    • Se utiliza cada vez menos por sus efectos adversos (hipotensión, sequedad de boca).
  4. SERMs (Moduladores Selectivos de Receptores de Estrógenos)
    • Raloxifeno: protege el hueso y reduce el riesgo de cáncer de mama, pero no mejora sofocos (de hecho, puede empeorarlos).
    • Útil en mujeres con osteoporosis posmenopáusica y riesgo mamario.
  5. Inhibidores de la neuroquinina-3 (nuevos fármacos en desarrollo)
    • Ejemplo: fezolinetant (aprobado por la FDA en 2023).
    • Actúa directamente en los receptores hipotalámicos que regulan la temperatura.
    • Resultados prometedores: reducción de sofocos sin riesgos hormonales (Fraser GL, Menopause 2023).

6.2 Productos naturales y fitoterapia

El interés por terapias naturales es frecuente, aunque la evidencia científica es limitada.

  • Isoflavonas de soja (fitoestrógenos)
    • Pueden reducir sofocos de forma leve-moderada.
    • Metaanálisis (Franco OH, JAMA 2016) muestra eficacia inferior a la THS pero superior al placebo.
    • Efecto más marcado en mujeres asiáticas por factores genéticos y dietéticos.
  • Cimicífuga racemosa
    • Utilizada para síntomas vasomotores.
    • Algunos ensayos muestran beneficio modesto; otros, resultados inconsistentes.
    • La EMA (Agencia Europea del Medicamento) acepta su uso como tratamiento de apoyo.
  • Otros suplementos (aceite de onagra, ginseng, valeriana)
    • Sin evidencia clara ni respaldo de sociedades médicas.
    • Pueden usarse como coadyuvantes, nunca como sustitutos de un tratamiento eficaz.

Nota importante: Los productos naturales no están libres de efectos secundarios ni interacciones. Deben usarse bajo supervisión médica.

6.3 Terapias no farmacológicas

  1. Ejercicio físico regular
    • Mejora el sueño, la salud ósea y el ánimo.
    • Recomendaciones: 150 min/semana de ejercicio aeróbico + 2 sesiones de fuerza (OMS 2020).
    • No elimina sofocos, pero reduce el impacto global de la menopausia.
  2. Alimentación equilibrada
    • Rica en calcio, vitamina D y proteínas para proteger hueso y músculo.
    • Evitar alcohol y cafeína puede reducir la intensidad de los sofocos en algunas mujeres.
  3. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
    • Estudios (Hunter MS, Menopause 2015) demuestran que la TCC ayuda a mejorar el afrontamiento de sofocos e insomnio.
    • No reduce la frecuencia, pero sí la percepción del malestar.
  4. Mindfulness y técnicas de relajación
    • Pueden disminuir ansiedad, mejorar sueño y calidad de vida.
    • La evidencia es moderada, pero muchas pacientes refieren mejor tolerancia a los síntomas.

6.4 Comparativa de eficacia

Tratamiento Sofocos Salud vaginal Hueso Estado de ánimo
THS Alta Alta Alta Moderada
Antidepresivos (ISRS, IRSN) Media Nula Nula Alta (si depresión)
Gabapentina / pregabalina Media Nula Nula Baja
SERMs (raloxifeno) Nula Nula Alta Nula
Isoflavonas de soja Baja Nula Nula Baja
Cimicífuga Baja Nula Nula Baja
Ejercicio físico Nula Nula Moderada Alta
Terapia cognitivo-conductual Baja Nula Nula Alta

 

En resumen

  • La THS sigue siendo el tratamiento más completo y eficaz.
  • Existen opciones farmacológicas no hormonales útiles en casos con contraindicaciones.
  • La fitoterapia puede aportar un alivio leve, pero su eficacia es limitada y variable.
  • El estilo de vida y la psicoterapia son pilares fundamentales que deben acompañar cualquier decisión terapéutica.
  1. La importancia de la personalización

Woman with pill in hand

La menopausia no es igual para todas las mujeres. Algunas presentan síntomas leves y transitorios, otras tienen sofocos incapacitantes, insomnio crónico o dispareunia severa. Por eso, la decisión de iniciar o no una terapia hormonal debe individualizarse.

No basta con aplicar una receta general. La evidencia científica y las guías médicas coinciden en que el éxito de la THS depende de la correcta selección de la paciente, el tipo de tratamiento y el seguimiento médico regular.

7.1 Evaluación médica inicial

Antes de indicar THS, el ginecólogo debe realizar una valoración completa que incluya:

  • Historia clínica detallada
    • Antecedentes personales: cáncer, trombosis, enfermedades cardiovasculares, hepáticas.
    • Antecedentes familiares: cáncer de mama, trombofilias, fracturas por osteoporosis.
    • Síntomas predominantes y su impacto en la calidad de vida.
  • Exploración física y ginecológica
    • Tensión arterial, índice de masa corporal (IMC).
    • Exploración mamaria y pélvica.
  • Pruebas complementarias básicas
    • Mamografía (según edad y riesgo).
    • Analítica general: perfil lipídico, glucemia, función hepática.
    • Densitometría ósea si hay riesgo de osteoporosis.

Referencia: NAMS (2023), EMAS (2022) recomiendan esta valoración previa antes de prescribir cualquier terapia hormonal.

7.2 Elección del tratamiento adecuado

No existe una única fórmula de THS. La elección debe adaptarse a las características de cada mujer:

  • Según si conserva o no el útero
    • Mujeres con útero: estrógeno + progestágeno (para proteger el endometrio).
    • Mujeres sin útero: estrógeno solo.
  • Según el perfil de riesgo
    • Si hay riesgo de trombosis: preferible vía transdérmica.
    • Si el síntoma principal es la sequedad vaginal: estrógeno local.
    • Si hay osteoporosis de riesgo: terapia combinada con beneficio óseo.
  • Según la preferencia de la paciente
    • Comprimidos, parches, geles o anillos vaginales.
    • Algunas prefieren dosis diarias (control percibido), otras la comodidad de un parche semanal.

7.3 Ajuste de dosis y duración

  • La recomendación es usar la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo necesario.
  • No existe un límite absoluto de años, pero se recomienda revisar anualmente la necesidad de continuar.
  • Muchas mujeres logran control de síntomas con dosis bajas o incluso con estrógeno local únicamente.

7.4 Seguimiento periódico

El seguimiento es clave para garantizar seguridad:

  • Revisión anual con exploración clínica, control de peso y tensión arterial.
  • Mamografía según programas de cribado.
  • Reevaluación de síntomas: ¿siguen presentes? ¿mejoraron? ¿ha cambiado el perfil de riesgo?
  • Ajustes de dosis o suspensión si ya no es necesaria.

Referencia: SEGO (2022) subraya la necesidad de controles periódicos, especialmente en mujeres que mantienen THS más allá de los 5 años.

7.5 El papel del estilo de vida

La personalización no se limita al tratamiento farmacológico. La combinación con hábitos saludables potencia los beneficios y reduce riesgos:

  • Mantener un peso adecuado (la obesidad aumenta riesgo de trombosis y cáncer de mama).
  • No fumar.
  • Practicar ejercicio regular (protege hueso, corazón y ánimo).
  • Dieta rica en calcio y vitamina D.
  • Limitar alcohol y cafeína.

7.6 Decisión compartida

El concepto de shared decision-making es central en la medicina actual. La paciente debe recibir información clara y actualizada sobre beneficios y riesgos, y participar en la decisión.

  • Explicar opciones de tratamiento, incluidas alternativas no hormonales.
  • Resolver dudas y desmontar mitos.
  • Respetar la preferencia personal: algunas mujeres, aun siendo candidatas, prefieren no usar hormonas.

Referencia: La guía de NAMS 2023 enfatiza que el acompañamiento y la participación activa de la paciente mejoran la adherencia y la satisfacción con el tratamiento.

 

La personalización es el pilar de la terapia hormonal. No todas las mujeres necesitan lo mismo, ni de la misma forma ni durante el mismo tiempo. Con una evaluación médica adecuada, un ajuste individual de dosis y un seguimiento regular, la THS puede ofrecer alivio seguro y eficaz a quienes lo necesitan.

 

  1. Mitos y realidades sobre la THS

La terapia hormonal sustitutiva ha estado rodeada de polémicas desde hace más de dos décadas. Tras la publicación de los primeros resultados del estudio Women’s Health Initiative (2002), muchos médicos y pacientes dejaron de usarla por miedo. Hoy sabemos que muchas de esas conclusiones fueron malinterpretadas o comunicadas sin matices.

A continuación, aclaramos los mitos más frecuentes con base en la evidencia actual:

Mito 1: “La THS engorda”

Realidad:

  • No existe evidencia de que la terapia hormonal cause aumento significativo de peso.
  • Lo que ocurre en la menopausia es una redistribución de la grasa corporal: menos masa muscular, más grasa abdominal.
  • La THS incluso puede atenuar el aumento de grasa visceral asociado a la falta de estrógenos (Davis SR, Climacteric 2015).

Mito 2: “La THS provoca siempre cáncer de mama”

Realidad:

  • El riesgo de cáncer de mama depende de la duración del tratamiento y del tipo de terapia.
  • El mayor riesgo se asocia a estrógenos combinados con progestágenos por más de 5 años (Chlebowski RT, JAMA 2010).
  • Estrógenos solos, en mujeres sin útero, no aumentan el riesgo e incluso podrían reducirlo (Anderson GL, Lancet Oncol 2012).
  • El riesgo absoluto es bajo: en mujeres de 50 años que toman THS durante 5 años, se estima 1 caso extra por cada 1.000 mujeres/año.

Mito 3: “Todas las mujeres deben usar terapia hormonal”

Realidad:

  • La THS no es universal.
  • Está indicada en mujeres con síntomas que afectan su calidad de vida o con menopausia precoz.
  • Una mujer sin síntomas no necesita hormonas.
  • La decisión debe ser individualizada y consensuada.

Mito 4: “Si empiezo la THS, nunca podré dejarla”

Realidad:

  • La THS puede suspenderse en cualquier momento bajo control médico.
  • Algunas mujeres requieren solo unos pocos años de tratamiento.
  • Otras, con síntomas persistentes, pueden beneficiarse durante más tiempo, siempre con revisiones periódicas (NAMS 2023).

Mito 5: “La terapia hormonal solo sirve para los sofocos”

Realidad:

  • Es el tratamiento más eficaz para sofocos, pero también mejora:
    • La salud vaginal y la vida sexual.
    • La densidad ósea y el riesgo de fracturas.
    • La calidad del sueño y el ánimo.
  • Su efecto es integral en la salud de la mujer posmenopáusica.

Mito 6: “Los productos naturales son igual de eficaces que la THS”

Realidad:

  • Los fitoestrógenos de soja o la cimicífuga tienen efectos leves y variables.
  • Ninguno ha demostrado eficacia comparable a la THS en sofocos, hueso o salud vaginal (Franco OH, JAMA 2016).
  • Pueden ser un apoyo, pero no un sustituto cuando los síntomas son intensos.

Mito 7: “La THS aumenta el riesgo de infarto e ictus en todas las mujeres”

Realidad:

  • El riesgo depende de la edad y el momento de inicio.
  • Si se inicia en mujeres menores de 60 años y dentro de los 10 primeros años tras la menopausia, no se ha demostrado aumento de riesgo cardiovascular (Manson JE, JAMA 2013).
  • El riesgo aumenta si se inicia tarde (más de 60 años o >10 años desde la menopausia).

Cuadro resumen: Mitos y realidades

Mito Realidad
Engorda No, cambia la distribución de grasa
Provoca siempre cáncer de mama Depende del tipo y tiempo de uso
Todas las mujeres deben tomarla Solo si hay síntomas o menopausia precoz
Nunca se puede dejar Puede suspenderse bajo control médico
Solo sirve para sofocos También protege hueso, vagina, sueño y ánimo
Productos naturales son igual de eficaces Evidencia limitada, eficacia menor
Siempre aumenta riesgo cardiovascular Riesgo depende de edad y momento de inicio

La THS no es la “panacea”, pero tampoco el “enemigo”. Los mitos han generado miedo injustificado. Con información actualizada, se puede tomar una decisión consciente, sin falsas creencias.

 

  1. Recomendaciones de sociedades médicas internacionales

La decisión de iniciar terapia hormonal sustitutiva debe basarse no solo en la clínica individual, sino también en la evidencia científica recopilada por las principales sociedades médicas del mundo. Estas organizaciones revisan periódicamente la literatura científica y publican guías de práctica clínica que orientan a médicos y pacientes.

9.1 North American Menopause Society (NAMS) – 2023

  • La THS es el tratamiento más eficaz para sofocos, sudores nocturnos y síndrome genitourinario de la menopausia.
  • Puede utilizarse en mujeres menores de 60 años o dentro de los 10 primeros años tras la menopausia, siempre que no existan contraindicaciones.
  • El beneficio-riesgo es más favorable en este grupo.
  • Recalca la importancia de la personalización, la dosis mínima eficaz y la reevaluación anual.

Referencia: NAMS 2023 Position Statement on Hormone Therapy.

9.2 European Menopause and Andropause Society (EMAS) – 2022

  • Recomienda iniciar THS en mujeres sintomáticas, siempre individualizando.
  • Prefiere el uso de estrógenos transdérmicos en mujeres con riesgo cardiovascular o de trombosis.
  • La THS es primera línea en menopausia precoz hasta la edad promedio de la menopausia.
  • Recomienda usar progestágenos micronizados o didrogesterona por mejor perfil de seguridad.

Referencia: EMAS Clinical Guide 2022.

9.3 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) – 2022

  • Coincide en que la THS es el tratamiento más eficaz para los síntomas climatéricos.
  • Resalta la ventana de oportunidad: iniciar antes de los 60 años y dentro de los 10 años desde la menopausia.
  • Recomienda estrógeno local como primera elección en mujeres con síntomas exclusivamente vaginales o urinarios.
  • Insiste en que la decisión debe ser compartida con la paciente.

Referencia: SEGO. Recomendaciones sobre Menopausia y THS, 2022.

9.4 National Institute for Health and Care Excellence (NICE, Reino Unido) – 2019

  • La THS debe ofrecerse a mujeres con síntomas que afectan su calidad de vida.
  • El riesgo de cáncer de mama debe explicarse claramente, poniendo el riesgo absoluto en contexto (pequeño aumento).
  • Recomienda no usar THS como prevención primaria de enfermedad cardiovascular.
  • Promueve la información transparente y la toma de decisiones compartida.

Referencia: NICE Guideline NG23, Menopause: Diagnosis and Management.

9.5 Food and Drug Administration (FDA, Estados Unidos)

  • Aprueba el uso de estrógenos y progestágenos para síntomas de menopausia y prevención de osteoporosis.
  • Exige que los envases incluyan información sobre riesgos de cáncer de mama, trombosis y enfermedad cardiovascular.
  • Recomienda emplear la dosis mínima y tiempo más corto posible.

Referencia: FDA, Hormone Therapy for Menopause, actualización 2022.

9.6 Consenso general entre sociedades

Pese a diferencias de matiz, todas las guías coinciden en varios puntos clave:

  1. Eficacia probada: es el tratamiento más eficaz para sofocos y síntomas genitourinarios.
  2. Ventana de seguridad: mejor perfil si se inicia antes de los 60 años o en los 10 primeros años postmenopausia.
  3. Individualización: no hay una terapia única; la elección depende de cada mujer.
  4. Contraindicaciones claras: cáncer de mama, trombosis, enfermedad cardiovascular reciente.
  5. Revisión anual: fundamental para ajustar dosis, valorar beneficios y descartar riesgos.

Cuadro comparativo de recomendaciones

Sociedad Indicaciones principales Precauciones Enfoque
NAMS 2023 Sofocos, síndrome genitourinario, prevención de osteoporosis Evitar >60 años o >10 años postmenopausia Dosis mínima, revisión anual
EMAS 2022 Síntomas moderados-graves, menopausia precoz Preferir transdérmico si riesgo cardiovascular Personalización, progestágenos micronizados
SEGO 2022 Sofocos, síntomas vaginales (local), prevención ósea Individualizar según riesgo Ventana de oportunidad, decisión compartida
NICE 2019 Síntomas que afectan calidad de vida Explicar riesgo de cáncer de mama Información transparente
FDA 2022 Síntomas menopausia, prevención osteoporosis Riesgo mama y trombosis Dosis mínima y menor tiempo posible

En resumen
Las principales sociedades médicas coinciden en que la THS es segura y eficaz en mujeres seleccionadas, especialmente si se inicia en el momento adecuado. El mensaje clave es que no existe una pauta única para todas: la terapia debe ser personalizada, informada y revisada periódicamente.

  1. Preguntas frecuentes sobre la THS

 

1.- ¿La terapia hormonal engorda?

  • No. Los estudios no muestran que la THS cause aumento significativo de peso.
  • Lo que ocurre en la menopausia es un cambio en la distribución de la grasa corporal: menos músculo, más grasa abdominal.
  • La THS incluso puede ayudar a limitar la acumulación de grasa visceral (Davis SR, Climacteric 2015).
  1. ¿Cuánto tiempo se puede usar la THS?
  • No existe un límite fijo.
  • La recomendación es emplear la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo necesario.
  • Se aconseja una revisión anual para valorar beneficios y riesgos.
  • Muchas mujeres la usan entre 2 y 5 años; otras, con síntomas persistentes, pueden prolongarla más tiempo, siempre bajo control médico (NAMS 2023).
  1. ¿Es mejor empezar cuanto antes?
  • Sí. Iniciar la THS en los primeros 10 años tras la menopausia o antes de los 60 años se asocia a mejor eficacia y menor riesgo cardiovascular (Manson JE, JAMA 2013).
  • Si se inicia tarde (más de 60 años o >10 años tras la menopausia), el riesgo de ictus y trombosis es mayor.
  1. ¿Todas las mujeres con menopausia deben tomar hormonas?
  • No. Solo aquellas con síntomas que afectan su calidad de vida o con menopausia precoz.
  • Una mujer sin síntomas no necesita THS.
  • La decisión debe ser personalizada y consensuada con el ginecólogo.
  1. ¿Qué son las hormonas “bioidénticas”?
  • Son moléculas idénticas en estructura química a las hormonas humanas.
  • Existen dos escenarios:
    • Bioidénticas aprobadas y reguladas (estradiol, progesterona micronizada), con eficacia y seguridad demostradas.
    • Preparados “naturales” de fórmulas magistrales no reguladas, sin evidencia de seguridad.
  • Sociedades como la NAMS advierten que solo deben usarse bioidénticas aprobadas por agencias reguladoras (FDA, EMA).
  1. ¿La THS aumenta el riesgo de cáncer de mama?
  • El riesgo depende del tipo de terapia y del tiempo de uso.
  • Estrógeno + progestágeno por más de 5 años puede aumentar ligeramente el riesgo.
  • Estrógeno solo, en mujeres sin útero, no aumenta el riesgo e incluso podría reducirlo (Anderson GL, Lancet Oncol 2012).
  • El riesgo absoluto sigue siendo bajo y debe ponerse en contexto.
  1. ¿Existen diferencias entre la vía oral, transdérmica y local?
  • Oral: mayor riesgo de trombosis y alteraciones hepáticas.
  • Transdérmica (parches, geles): menor riesgo cardiovascular y de trombosis.
  • Local (óvulos, cremas, anillos): excelente para sequedad vaginal, prácticamente sin riesgo sistémico.
  • La elección depende del perfil de cada mujer (Canonico M, BMJ 2008).
  1. ¿Qué revisiones médicas necesito si tomo THS?
  • Exploración ginecológica anual.
  • Control de tensión arterial, peso y perfil lipídico.
  • Mamografía según edad y riesgo.
  • Densitometría ósea si hay riesgo de osteoporosis.
  • Reevaluación de síntomas y ajuste de dosis.
  1. ¿Se pueden combinar hormonas con otros tratamientos?
  • Sí. Muchas veces se combina con calcio, vitamina D, ejercicio y tratamientos locales.
  • En mujeres con riesgo óseo elevado, se puede pasar más adelante a fármacos específicos para osteoporosis.
  1. ¿Qué pasa si dejo la terapia de golpe?
  • Puede reaparecer la sintomatología (sofocos, insomnio, sequedad).
  • No hay riesgo grave al suspenderla bruscamente, pero se recomienda hacerlo progresivamente para mayor confort.
  • La decisión debe ser supervisada por el médico.

 

  1. Consejos prácticos para pacientes

La decisión de iniciar una terapia hormonal debe tomarse con información, acompañamiento médico y una actitud activa. Estos consejos te ayudarán a prepararte y a aprovechar al máximo el tratamiento.

11.1 Antes de la primera consulta

Llevar información ordenada ayuda al ginecólogo a valorar mejor tu caso.

  • Anota tus síntomas principales: sofocos, insomnio, sequedad vaginal, dolor en relaciones, cambios de humor, olvidos.
  • Describe su intensidad y cómo afectan tu vida diaria.
  • Apunta desde cuándo los tienes y si empeoran en situaciones concretas.
  • Prepara tu historia médica: enfermedades previas, operaciones, medicamentos actuales, antecedentes familiares (cáncer, trombosis, fracturas).
  • Lleva los resultados recientes de mamografía, analítica o densitometría si dispones de ellos.

11.2 Preguntas útiles para tu ginecólogo

Plantear preguntas directas te ayudará a decidir mejor:

  1. ¿Soy una buena candidata para la terapia hormonal?
  2. ¿Qué beneficios puedo esperar en mi caso concreto?
  3. ¿Qué riesgos debo tener en cuenta según mis antecedentes?
  4. ¿Cuál es la mejor vía para mí: oral, transdérmica o vaginal?
  5. ¿Qué revisiones necesitaré y cada cuánto tiempo?
  6. ¿Qué alternativas existen si no puedo tomar hormonas?
  7. ¿Qué señales debo vigilar y comunicar de inmediato?

11.3 Durante el tratamiento

Al iniciar la THS, es importante observar tu evolución y mantener un seguimiento activo.

  • Sé paciente: los efectos positivos pueden tardar semanas en aparecer.
  • Registra tus cambios: lleva un diario de síntomas para comparar antes y después.
  • Acude a tus revisiones: al menos una vez al año, o antes si notas algo inusual.
  • Comunica efectos secundarios: sangrados irregulares, dolor mamario intenso, dolores en las piernas o dificultad para respirar deben notificarse de inmediato.
  • Mantén hábitos saludables: no fumar, hacer ejercicio, cuidar tu dieta.

11.4 Registro de síntomas (herramienta práctica)

Puedes llevar una tabla sencilla para evaluar tus síntomas de 0 a 10 cada semana:

Síntoma Semana 1 Semana 2 Semana 3 Semana 4
Sofocos 8 6 4 3
Insomnio 7 6 5 4
Sequedad vaginal 6 6 5 4
Estado de ánimo 4 5 6 7

Este registro ayuda a tu médico a ajustar dosis o cambiar la vía de administración.

11.5 Checklist de hábitos saludables en la menopausia

✔ Mantén un peso adecuado y controla tu alimentación.
✔ Practica al menos 150 minutos semanales de actividad física (caminar, nadar, bicicleta).
✔ Añade dos sesiones de ejercicios de fuerza para proteger huesos y músculos.
✔ Asegura el aporte de calcio (lácteos, verduras de hoja verde, pescado con espina).
✔ Expón tu piel al sol con moderación o consulta sobre suplementación de vitamina D.
✔ Evita tabaco y exceso de alcohol.
✔ Practica técnicas de relajación o mindfulness para mejorar el sueño y el ánimo.
✔ Acude a revisiones periódicas (mamografía, control de tensión, densitometría).

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